Cultura

Miércoles de Ceniza... ¿por qué se celebra?

Este rito cristiano marca el inicio de los 40 días de la Cuaresma, la preparación antes de la resurrección de Jesús.

El Miércoles de Ceniza es una celebración cristiana que marca el inicio de la Cuaresma, el tiempo de preparación para la Pascua, que en la tradición católica es el día en que resucitó Jesús. Se celebra siempre en miércoles porque son exactamente 40 días antes del domingo de resurrección, pero la fecha varía cada año porque depende del calendario lunar.

Lo de la ceniza proviene de que en la misa de este miércoles se marca a los fieles con una cruz de ceniza en la frente mientras se pronuncia la frase "polvo eres y en polvo te convertirás". "El gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios".

Lo que se utiliza para este ritual del Miércoles de Ceniza es lo que queda de quemar los ramos de olivo bendecidos el año anterior en el Domingo de Ramos, otra fecha que recuerda el día en el que, según la Biblia, Jesús entró en Jerusalén aclamado por una multitud. Originalmente la cruz negra se imponía solo a los penitentes como signo de marginación, pero se convirtió en un símbolo por el que todos los fieles se reconocen como pecadores.

Con el Miércoles de Ceniza empieza la Cuaresma, que dura 40 días, un tiempo que recuerda los 40 años que el pueblo de Israel estuvo en el éxodo antes de llegar a la tierra prometida. También invocan la cantidad de días que Cristo pasó en el desierto antes de empezar su vida pública, dedicado al ayuno y la reflexión. Por eso en la costumbre católica, los fieles dedican este tiempo a hacer sacrificios y oración.
El ayuno y la abstinencia
El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día. Hay que cumplirlo durante el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo. Vendría a expresar la participación en la muerte y resurrección de Cristo. También se permite tomar algo ligero por la mañana y por la noche. Están obligados a ello todos los católicos mayores de 18 años y hasta los 59. Aunque recoge excepciones que afectarían a los enfermos, las mujeres embarazadas o las madres que estén en etapa de lactancia.

El ayuno está relacionado con la oración y la limosna, lo que preserva una rectitud de cara a Dios y al prójimo, y se evita que se convierta en un puro formalismo externo. (…) De hecho la Cuaresma comenzó con un ayuno comunitario de dos días: el Viernes y el Sábado Santo que, con el domingo de resurrección, forman el Triduo Pascual”.

La abstinencia, por su parte, se debe cumplir en el Miércoles de ceniza, todos los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo. Consiste en la prohibición de comer carne (roja, blanca y sus derivados), según una antigua práctica del pueblo cristiano. Aquí no hay excepciones permitidas y estarán obligados a cumplir la abstinencia los católicos mayores de 14 años.

Fuente: Vanguardia.