Opinión

Sonora 2021, en la mira de todos

“La política es el arte de lo posible, para lograrlo, hay que intentar muchas veces lo imposible” Manuel Fraga Iríbame

Si usted quiere encontrar un denominador común entre Eduardo Bours, Ana Guevara y Ernesto Gándara, este es la carrera por la gubernatura el 2021, que, aunque suene dramático para una democracia incluso tan defectuosa como la que nos recetan, diera el banderazo de salida el pasado 1 de julio alrededor de la medianoche.

Tres figuras destacadas e influyentes en nuestra entidad que han sido protagonistas de diversas historias que les colocan en el ánimo de gran cantidad de sonorenses por sus capacidades, carisma o particularidades personales, a quienes tuvimos como invitados en nuestra mesa de análisis político “Libre Opinión” de manera consecutiva las últimas tres semanas y que han dejado en claro que su intención es ocupar o recuperar la sala más refrigerada de la administración estatal.

México y sus componentes son otros después del resultado electoral que recientemente instalara a querer y no y a pesar de los pesares el mismísimo poder del estado bajo una definición distinta a la que hasta ahora hemos conocido como país, que está por definir los alcances de un cambio que parece refundará los pilares del estado mexicano, sin trastocar de manera abrupta las estructuras fundamentales de los factores que componen la red de intereses que lo gobiernan.
Lo que sí está ocurriendo es que con el inesperado resultado electoral que diera a Morena la gran mayoría en congresos locales, las cámaras alta y baja y de pasadita la Presidencia de la República, se redefinieron las reglas de la política, aunque sin alterar aún de fondo al sistema de partidos y llegaron los reacomodos al interior de estos, incluido en el propio Morena y sus aliados electorales.
El efecto en el plano local nos lleva a visualizar posibilidades que antes de esa noche parecían lejanas de cara a la elección de la silla principal de 2021, ya que todo lucía definido a favor de quien se perfilaba como segura candidata ganadora en representación de su señor padre, quien lograría un contundente resultado electoral para el Senado, como ocurriera de manera espectacular en el 2015 para su otra hija política, actual Gobernadora de Sonora, lo cual se sustentaba en pronósticos y encuestas guiadas por razones distintas a la estadística, por percepción digamos, pero razonables considerando el poder que Manlio Fabio Beltrones ha consolidado en el actual sexenio y su amplia experiencia como operador electoral. Esta vez no ocurrió y eso abre la puerta a otros competidores, tanto al interior de su nomenclatura como fuera de ella.
Para Eduardo Bours la posibilidad de que Ricardo, su hermano, pueda competir por la gubernatura dentro de tres años, pareciera la meta que desde ahora la familia buscaría alcanzar para restablecer al yaqui power en el mando y devolver el esplendor al valle de los escarlata.
El ex gobernador a su muy característico estilo afirma sin rodeos en el encuentro con @LibreOpinion12 que el poder de Beltrones es relativo y se encuentra en etapa de extinción por lo que es momento para redefinir el rumbo actual en la política estatal, mensaje muy directo según el respetable para la Gobernadora Pavlovich, quien ha manifestado en reiteradas ocasiones públicamente su gratitud hacia el de Villa Juárez como su gran mentor, lo cual a casi tres meses del 1 de julio pareciera no estar ocurriendo ni que vaya a ocurrir.
Para Ana Gabriela Guevara las condiciones actuales resultan muy favorables para pensar en competir por la big one. Su imagen pública no tiene rival como atleta de primerísimo nivel que se ha codeado con las élites políticas desde su época dorada y a quien la experiencia como Senadora le ha dado herramientas para entender un ambiente hostil al que incursionó con pocas tablas, pero con un gran carisma que le ha valido un trato político privilegiado desde propios y extraños.
La actual dirigente estatal del Partido del Trabajo en Sonora no oculta que le agrada la idea de aparecer en la boleta en 2021 por la gubernatura porque siente el suelo firme como para lograr ganar indiscutiblemente con el voto de los sonorense. Así se registró en la reciente gira de AMLO por Sonora, donde la ahora Diputada Federal que en diciembre pasará a ocupar la silla principal de la CONADE, lució esplendorosa en el ánimo del Gran Tlatoani tropical en los eventos donde le acompañó.
Ernesto Gándara hace tres años era, digamos, el candidato del pueblo frente a una candidata muy fuerte en la interna del PRI, para lograr la estafeta del tricolor por la silla grande que ahora ocupa la Gobernadora Pavlovich.
En la percepción del imaginario popular al borrego lo sentaron, lo cual se le acredita a Manlio, dejando de lado los acuerdos para la designación que correspondió a Claudia. Cierto o falso, se sabe que Ernesto tuvo que tragar sapos y se regresó al Senado desde donde aportó a la campaña ganadora de la güerita de la Pitic, al menos la contención de sus huestes para evitar la desbandada que por aquellos días sonó latente.
Mesurado, conciliador y prudente, deja entrever que le va a entrar a la tercera oportunidad desde su actual plataforma como priista, digamos que como primera opción o “de donde tenga que hacerlo”, supongo dependiendo del rumbo que siga un tricolor que hasta de nombre quiere cambiar.
Hace tres años tenía todo para lograrlo, ahora estaría por verse si se erige nuevamente como el líder que necesita su partido para revivir luego de la tremenda paliza que la figura de AMLO le diera al aún atónito establishment local, con lo que la correlación de fuerzas diera un vuelco de 180º que nos ha llevado incluso a una reforma legislativa de urgencia que ahora busca revertir su destinatario.
Eduardo Bours deja entrever que dejar al borrego fuera de la boleta en 2009 fue un exceso de confianza, con lo que pudiéramos asumir que en 2021 consideraría la posibilidad de compensar de alguna manera el desaire si en las cuentas resultase mejor posicionado que Ricardo, quien además mantiene una buena relación con el del Centenario y posiblemente traducida en una sólida alianza con el lanudo suspirante, por lo que en tanto se cuecen las habas, se tejen los acuerdos o se marcan las distancias.
Ernesto manda una señal clara que apunta hacia su verdugo más reciente, Beltrones, poniendo magnánimo la otra mejilla, como calculando que la candidatura para lo de dentro de tres años no pasará exclusivamente por el escritorio del notario y habrá cancha para jugar sin linaje directo, por lo que, como dijera Fox, a sacudirse y “a otra cosa mariposa”.
Ana Gabriela no da muestras de gran relación con su ahora paisano ex compañero del Senado, a quien por cierto entrevistamos después que a ella, pero denota una enorme seguridad de que sabe lo que viene y cómo poder alcanzarlo.
Eduardo sigue siendo una figura carismática, un tipo que cae bien fácilmente, al que los años y las inclemencias del tiempo parecen haber templado como para concebir, aunque no sea el caso, que como gobernador en una segunda oportunidad haría un mejor papel, menos “echado pa delante” tal vez, pero ciertamente sin perder su esencia, que por cierto, no lo hizo mal, salvo por su característico temperamento y espontánea sobrades que le metiera en varios líos con propios y extraños en su vertiginoso andar, de lo cual puede asumirse debe haber capitalizado las duras lecciones que tuvo que asimilar.
Ernesto se ve más hecho, aunque un tanto menos espontáneo, más calculador y cauteloso y eso como que a la raza no le late, aunque habría que decir que sentarse en una olla de grillos para parecer sin decir querer ser, no es para menos, sin embargo, me atrevería a pensar que el borrego tiene pueblo y operadores en el estado que pudieran revivir el fenómeno y darle al menos la candidatura del partidazo en proceso de extinción. Lo demás dependería de las circunstancias.
Desde mi @percepcioon creo que 2021 luce muy prometedor para Ana Gabriela, sin descuidar que Alfonso Durazo #tambiénlaquele y que su escaparate nacional, aunque sumamente riesgoso en todo sentido, puede rendirle, pero lo más probables sería lo contrario, al igual que a la nogalense que dirigirá a su vez otro escaparate nacional, aunque mucho menos pantanoso y con grandes perspectivas de proyección.
Al PRI, o lo que quede de él o en lo que se convierta, le conviene la unidad y una candidatura probadamente sólida y creo que los Bours bien pudieran verlo en Ernesto Gándara hasta para no arriesgar el apellido, aunque se vislumbra difícil meterlos en el mismo saco con Manlio y sus fieles escuderos, por lo que, con un borrego catalizador, alguna forma pudiera tomar la especie y redundar en causas comunes ante retos comunes para un diezmado PRI con ese u otro nombre, lo mismo a final de cuentas, y ese escenario se ve posible con alguien como el borrego.
Ya empezó el 2021 y la apuesta tendrá que ser alta para la sobrevivencia de cualquier proyecto.
@dparra001

Fuente: Por David Parra