Al parecer este que encabeza ahora Angelina Muñoz Fernandez, no será la excepción.
Mire usted, el caso deambula entre la corrupción, la poca vergüenza y el tráfico de influencias, y es que lo que hizo Tadeo Iruretagoyena, Tesorero actual del Ayuntamiento de Hermosillo, es francamente imperdonable.
Le explico; El Ayuntamiento de la capital sonorense se las ingenió para despojar de un terreno de grandes proporciones que aparece a nombre de María Gabriela Lemmen Meyer de Valenzuela. Y digo ingenió, puesto que dicho predio contaba con gravamen por un crédito hipotecario, en contra de Promotora Comercial Centro, S.A. de C.V. Con su cédula correspondiente la cual gravaba esta propiedad dentro del Registro Público del Estado de Sonora, y que aún así, decidieron no notificarle a sus dueños.
Un acto que evidentemente hace jiras el sentido estricto de la ley, pero sobre todo, hace añicos el compromiso que todo funcionario público debe tener para con su trabajo y la sociedad. Con estos actos se esfuma la credibilidad esbelta que por ahí quedaba.
La cuestión es seria, y definitivamente hay culpables, y es que el Tesorero capitalino se pasó por el arco del triunfo la ley, contraviniendo la situación jurídica del predio en cuestión, se apresuraron de manera cuestionable y sin respetar los derechos de los dueños, y repentinamente instauraron el expediente de ejecución 15-012–001, paso siguiente se lo adjudicó, para después rematar el valioso terreno a favor de la empresa Comercializadora y Desarrolladora Cruwler S.A. de C.V.
Hasta ahí, con todo y todas las violaciones a la ley, y demás opacidad que evidentemente se ventilaron, el Ayuntamiento había salido a flote, sin embargo, lo peor viene después.
Resulta que a la empresa que el Ayuntamiento le vendió el predio que originalmente costaba más de 80 millones de pesos y que se vendió tres veces menos, el SAT la tiene detectada como una empresa fantasma, según consta en el oficio 500-05-2016-38710 del S.A.T., publicado en el Diario Oficial de la Federación del 15 de diciembre de 2016.
De ahí se desencadenan preguntas serias; ¿Hasta dónde sabe la Alcaldesa? ¿Es cómplice del Tesorero?, ¿De quién es esa empresa fantasma?, ¿Quiénes están involucrados?
Si algo ha caracterizado a Angelina Muñoz, es precisamente su saldo blanco en cuanto a corrupción; sin embargo, las pruebas son contundentes, basta con googlear esa empresa a la que supuestamente le vendieron el predio para saber que no existe, que es fantasma.
Las pruebas:
1; Despojo de un predio que estaba gravado.
2; Agenciárselo sin otorgar la garantía de audiencia que la obligaba a notificar a los acreedores hipotecarios a fin de que pudiera defender sus derechos.
3; Rematan predio a empresa “fantasma” según consta en el SAT.
4; Venderlo en un precio tres veces menor al real.
La gestión de Angelina Muñoz se estaba salvando, por poco, pero esta mancha que azotó su página terminará por echar a la basura lo ganado.
El problema es que este sábado se van los actuales servidores públicos, y llega Célida López Cárdenas y su gente, a quien dejarán con este problema mayúsculo, pues normal sería que los dueños del terreno en cuestión pusieran sobre la mesa los argumentos legales para pelearle al Ayuntamiento el predio.
Vaya problema que le espera a Célida, una situación que no provocó, pero que tendrá en la puerta al llegar al edificio de la comuna.
Célida tendrá que investigar hasta las últimas consecuencias, pues no deben dejar pasar ese tipo de cosas, deberá desvestir este evidente atraco, pues las pruebas están a la vista.
Me gustaría saber verdaderamente a quién le vendieron ese predio, ahí está la clave de todo el problema, un problema que la familia Valenzuela no está dispuesta a dejar ahí, pues me consta que pelearán por lo que consideran legal.
Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja.
Cualquier duda, aclaración o crítica, mi correo es jessolfi@gmail.com Twitter @jessolfi_y
