Opinión

Suilo, un Shérif atípico...

Como dijo en alguna película del viejo oeste Clint Eastwood, ¿Dime, no se supone que el Shérif debe ser valiente, leal y, sobre todo, honesto?

Y es que la valentía la demostró aceptando un cargo que poco conocía. Su lealtad la ha esparcido desde que el "Maloro" lo llamó a su equipo. Mientras que la honestidad es la
Bandera que ondea con sigilo pero constante, lo que estaría por verse al finalizar su gestión.

Llegó sin facturas por pagar, alejado de los llamados "compromisos", ausente de amistades que pudieran siquiera, provocar un tropezón en la política disciplinaria que ha esparcido por la corporación.

Jorge Andrés Suilo Orozco su nombre, ex Secretario del Ayuntamiento, hombre de todas las confianzas del alcalde Manuel Ignacio Acosta. Sus virtudes pueden ser muchas, al igual que sus falacias, pero describe una infalible para dar resultados; Decir la verdad.

La mochila es pesada, carga lamento, odio, rencor, desesperanza ciudadana, sin embargo se la colgó sin pesar, es más, antes de aceptar el encargo del "Maloro", sus aspiraciones políticas eran evidentes, y aunque sabe que la línea que está jugando es muy delgada y probablemente su imagen no salga limpia del fango en el que se metió, tomó las riendas de la comisaría municipal gustoso. El reto que representa para él es superlativo y se lo endosó a pesar de.

Suilo es un tipo sereno, pareciera pasmoso por momentos, sin embargo sus gesticulaciones no le hacen reverencia a su verbo, encajado, directo, sin demagogia de por medio, -raro en servidores públicos tirándole a político-.

Su mirada se clavaba en cada intervención, los periodistas de la Mesa Libre Opinión lo notaron. Los cafés del restauran "Los Grillos" lo atestiguaron. Nunca desfalleció en su mensaje, siempre impregnado por numeralia exacta, por un estudio exhaustivo que han hecho de la problemática por la que evidentemente atraviesa Hermosillo.

Su juventud está peleada con la inexperiencia, es un tipo que ha bregado en aguas turbulentas y no se ha hundido. Uno de los motivos por los que el Alcalde le ofreció la oportunidad de sanear la corporación policiaca, el primer paso qué hay que dar para de a poco, saltar la barrera de la inseguridad.

No cabe duda que es más fácil mandar sin amistades de por medio, solo con el tino suficiente de poner a la gente donde corresponde, ese es el truco de Suilo Orozco, como un juego de ajedrez, mover sus piezas; como buen entrenador de futbol, que hace jugar bien a un equipo poniéndolos en la posición que mejor dominan.

Los cambios a granel que se han hecho en la policía lo denotan, más de 200. La estricta forma de manejar su cuerpo policiaco ha vuelto a resurgir el verdadero honor de ser policía, y lo que ello representa, y aunque hay intereses arraigados que no soportan los cambios, Suilo se la está jugando, y su carta mayor será la de ser un líder que predique el ejemplo.

Sin embargo el cáncer no es tan fácil de erradicar, en el intento se han quedado muchos, la quimioterapia los aniquila, y a ello se atiene el Comisario, pues si se descuida, se da la vuelta, lo pueden envolver en ese juego maligno de las intrigas, del poder vacío en el que terminan muchos comisarios.

Las dificultades que tiene, y se avecinan no serán sencillas de resolver, pero romper la barrera de la corrupción al interior es lo que le dará ese poder para derribar ese mazo de cemento que ha evitado gestiones sanas en la policía municipal.

Está claro que las mordidas, el acoso al ciudadano de algunos efectivos, y otras tantas mañas arraigadas en el quehacer diario del elemento, deben acabar, es lo primero que se propuso, es un mal que sigue atacando desde que llegó y dijo, hará hasta que se vaya.

Algunas de mis dudas radican en su nula formación policiaca, sin embargo me despejó otras qué tal vez los policías de carrera me atiborraban. Y es que fue claro, pondrá su parte para mejorar las cosas, ondea la honestidad como bandera, la mano dura como insignia, y su compromiso con el Alcalde y ciudadanía como misión.

Y mire usted que apenas a sus 40 años ha pasado por puestos bañados con vasta responsabilidad, y al menos mediáticamente ha llevado a buen puerto la navegación, por el bien de Hermosillo, al menos espero que lleve esta carreta cargada con desilusión, a un pueblo que respire tranquilidad.

Y se que pido mucho, que los alcances que ha tenido la delincuencia organizada han copado la organización de las autoridades, que incluso, estas mismas están embarradas por ellos, por eso me conformo, ¡sí!, me conformo con que siembre la semilla que erradique la corrupción en la corporación. Creo que eso sería un gran, muy importante avance.

De percepciones nos nutrimos, las realidades vienen con el tiempo, cuando el hacer o no, desviste el quehacer de un mando policiaco. En ese trance está Suilo, le deseamos suerte, la necesita, por el bien de los ciudadanos.

Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...
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