Opinión

El talón de Aquiles de los aspirantes.

Columna #Contrapeso por Jesús Olivas

Desde ya estamos viendo que la próxima elección en Sonora será cruenta, tiros de
precisión, dardos envenenados y toda la fauna nociva que hemos visto en otras elecciones, pero esta, por la naturales y el entorno, será peor.

Y es que parque explosivo habrá a granel, no hay un solo candidato que se salve, todos y cada uno de ellos tiene un talón de Aquiles que lo persigue sin descanso, y sus contrincantes están dispuestos a aniquilarlos cueste lo que cueste.

Mire usted, empecemos por uno de los aspirantes del PRI, Ernesto “Borrego” Gándara, él tiene sobre su espalda la tragedia de la guardería ABC, fue alcalde de Hermosillo cuando aquella tragedia cobró la vida de 49 niños y niñas, para muchos y aún se lo juzgan los padres de familia que aún penan por justicia, fue artífice clave para que no se castigara a los responsables, su omisión según se ha consignado, dejó al descubierto la protección, que desde su silencio ensordecedor dejó desamparada la justicia.

También se le ha criticado por haber aprobado sin reservas la reforma energética, también callando y levantando la mano por órdenes presidenciales.

Otros lo han descalificado, puesto que en dos ocasiones se subordinó a los designios de los altos mandos priístas en su intención de buscar la candidatura a la gubernatura.

Para el “Borrego” no será fácil quitarse de encima esos lastres que a la fecha lo siguen persiguiendo.

Por otro lado, Ricardo Bours fue señalado por sus nexos con el narco, se documentó en medios nacionales e incluso internacionales de su contubernio con el crimen organizado, además de que fue acusado de haber sido uno de los artífices de la desaparición del periodista sonorense Alfredo Jimenez Mota.
Obviamente Bours Castelo lo ha negado, pero la sombra de la duda no lo ha abandonado.

Mientras que Alfonso Durazo, será señalado sin duda por su trabajo en la Secretaría de Seguridad Pública, resultados que según la oposición nunca llegaron, y es que las cifras sobre todo de homicidios dolosos jamás pudo mantenerse a la baja, y ese sin lugar a dudas será su némesis durante la campaña.

El “culiacanazo” y el asesinato de la familia Lebarón y Lanford en su tierra Sonora, será otra arma que sus adversarios le recordaran al electorado.

Por su parte, si llegase a ser el candidato del PRI, Pedro Ángel Contreras, cuelga sobre su humanidad la no menor responsabilidad de haber dejado al ISSSTESON casi casi en las mismas circunstancias en que lo tomó.

Jamás pudo con el paquete que le endosó la gobernadora Claudia Pavlovich, acabar con el desabasto de medicamento, tema que en la actualidad sigue siendo nota de ocho columnas en los medios de comunicación.

Antonio “Toño” Astiazarán no se salva, así como la crítica ha sido dura contra panistas que migraron a Morena, el guaymense también lo hizo, solo que dejó al PRI para llegar al PAN.
Además durante su gestión como alcalde de Guaymas dejó una estela de duda en el manejo de las cuentas públicas, pero sobre todo el trueno se dio cuando endeudó al municipio, recursos que le han recordado medios locales, jamás llegaron a su destino.

En el camino creo que quedaron Ana Guevara, Célida López; y aunque “Kiko” Munro sigue soñando en redes sociales, el hecho de ser el hijo del actual presidente de su partido, lo dejará fuera de la contienda, bueno, sería lo natural y políticamente correcto.

Con estos antecedentes, estoy claro que las campañas serán duras, rudas, y que las redes sociales jugarán un rol fundamental. Agárrense pues, sin duda será la madre de todas las batallas por la joya de la corona, la gubernatura de Sonora.

Fuente: Jesús Olivas Figueroa