Opinión

Dos incidentes, Juan Carlos y Jael.

Por David Parra

Lo que no es casualidad, es regla…

Juan Carlos Zuñiga y Jael esparza, ambos periodistas de medios locales reconocidos y ambos periodistas por demás profesionalmente reconocidos, fueron objeto el día de ayer de agresiones verbales por parte de personajes locales a quienes incomodó su trabajo profesional.

Primero Juan Carlos por la mañana fue sujeto de algún grado de violencia verbal por parte de un hermano de la directora de notarías, quien en ese caracter ha sido objeto de una serie de señalamientos por parte del comunicador de opacidad y prácticas al menos éticamente impropias en lo tocante al papel que le corresponde en los concursos de asignación de notarías y la por demás evidente herencia de 19 de ellas en su administración.

Acto seguido, un poco más tarde, Jael Esparza en su carácter de reportera recibió un torpe y autoritario reclamo de la actual presidenta del Congreso Local quien le dijo que no le gustaba como le estaba hablando al entrevistarla, cuando en realidad lo que no le gustó fue lo que se le estaba preguntando, lo cual ignoraba de manera olímpicamente penosa.

En ambos casos imperó la intolerancia a la labor de quienes con (subrayo) profesionalismo hacían su trabajo.

Juan Carlos ha hecho una investigación mucho más amplia que lo que se había propuesto de inicio al toparse con una serie de trabas y pretextos absurdos que en algún momento le llevaron a entender que había materia para un reportaje que el simple dato del número de notarías asignadas en el presente sexenio en Sonora y esto se lo confirmó la desafortunada entrevista que le hiciera a la presidenta del colegio de notarios, Karina Gastélum, quien con sus titubeos y sin sentidos confirmó que había más que un listado de nombres y cantidad de notarías para juniors que revisar.
Eso le llevó a solicitar formalmente los datos y una serie de eventos desafortunados en las respuestas de la burocracia para la causa de los notarios viraron seriamente la intención original.

A partir de esto el tema ha prendido como para pensar que esto obligará a una reforma local a la ley de notarías y varios notarios han reaccionado pretendiendo justificar y defender su situación privilegiada para mantener de manera patrimonialista el control de la actividad llevándose entre las patas a la titular del ejecutivo que ha tenido que abordar el tema opinando con estricto apego a derecho, concediéndoles la razón en términos de legalidad, que la tienen, pero bajo los términos de una ley anacrónica y disonante con la realidad actual, adornada una regulación distanciada de la transparencia, la ética y la estética política, completamente desfasada contradictoriamente con los valores que desde los gobiernos ahora se promueven e impulsan.

Esto “calentó” al hermano de Inés Aragón, Francisco, un hombre de opinión y trayectoria política que particularmente me sorprendió por la manera como se dirigiera en redes sociales reclamando a Juan Carlos con descalificativos realmente absurdos y provocadores.

Quiero pensar que perdió los estribos y que eso corresponde a un lapsus, no a algo que necesariamente deba alarmar al periodista, pero el punto es que este trabajo periodístico profesional tiende a tener la virtud de provocar cambios para mejorar, cómo creo que puede ser el caso, así como generar reacciones colaterales entre quienes sientan que su zona de confort y privilegios se ven trastocados.

En el caso de Jael ocurrió que ella hacía su trabajo preguntándole a la diputada por el partido del trabajo, Magdalena Uribe, actual presidenta del Congreso Local, acerca de asuntos que ella debía conocer y que extrañamente desconocía, lo cual Género cuestionamientos sucesivos por parte de la reportera, quien no daba crédito a la ignorancia injustificable y evidente de quien ostenta esta posición con la ligereza que demostró con su escandalosa ignorancia y soberbia.
No conforme con ello la señora la toma contra jael reclamándole que no le gusta la manera como le estaba hablando y prácticamente le ordena verse en su oficina para darle la información que requería.
En el colmo de su torpeza la diputada desconocía haber aprobado la cuenta pública de 2018 y no tenía el dato de cuando se tendría dictaminada la de 2019. Y todavía se ofendió.

Estos dos botones de muestra son evidencia de lo delicado que es el trabajo periodístico cuando se realiza con compromiso y profesionalismo y en ambos casos los personajes aludidos la abanicaron de manera garrafal porque independientemente de parentescos, conflictos de interés, desacuerdo, irresponsabilidad o ignorancia es inaceptable que personas con nivel académico y profesional como Francisco Aragón pierdan los estribos por razones afectivas y en el caso particular suyo, familiares por decir lo menos.

En el caso de la diputada aún peor, porque mientras la reportera se conducía dirigiéndose a ella con propiedad, en contrapartida la señora le hablaba de manera golpeada y poco respetuosa a quien en ese momento le incomodaba “por su manera de hablarle” y lo que es peor, frente a cámaras y micrófonos de otros reporteros que grabaron para la posteridad esta joya de la tragicomedia legislativa que especímenes políticos express adornan con sus excepcionales pifias.

Bytheway

Todo hace pensar que la legalización de la marihuana en México pronto será una realidad, esto porque el coordinador de la bancada de morena en el congreso federal, Mario Delgado, presenta una iniciativa de ley que regularía su comercialización desde una empresa creada por el estado mexicano y como coro de acompañamiento, Olga Sánchez Cordero como buena catadora afirma que la marihuana mexicana es de la mejor que hay en el mundo, por lo que se reafirma aquella socorrida frase que “viajar ilustra” como para opinar con autoridad… Aquí cabe bien el anuncio aquel que hacía un comediante llamado palillo personificando a Rafael caro Quintero: …“Si quiere ver crecer a su hijo fuerte y sano, póngalo bien mariguano.”


Así lo dijo Yeidcol: Mi contador se equivocó… con 16 millones!!! Ah bueno, eso le pasa a cualquiera.