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Las últimas respuestas de Stephen Hawking sobre el futuro de la humanidad

Se publica el libro póstumo del físico, fallecido el pasado mes de marzo. 'Breves respuestas a las grandes preguntas' propone en tono divulgativo las últimas hipótesis a las grandes preguntas que siempre se había planteado Hawking.

El pasado 14 de marzo nos levantábamos con la noticia del fallecimiento de Stephen Hawking a los 76 años de edad. El físico, reconocido como una de las mentes más brillantes del último siglo, fue conocido por su actividad académica, su estudio de los agujeros negros y su vocación por unir la teoría de la relatividad con los principios de la mecánica cuántica. Pero, por encima de todo, Hawking fue un referente por su afán divulgador por encima de todas las cosas, y por su ejemplo en su lucha con la ELA desde que le fue diagnosticada a los 21 años.

Desde su muerte hemos podido conocer algunos de los últimos asuntos en los que estuvo trabajando. Hace unos meses se publicó su último estudio, donde explicaba sus más recientes teorías sobre la estructura del universo, y esta semana se ha presentado su libro póstumo: Breves respuestas a las grandes preguntas. En él, a través de menos de 300 páginas, Hawking deja un testamento escrito de lo que intentó lograr durante toda su vida: que su conocimiento fuera accesible para todo el mundo. El libro ya está en preventa en inglés y estará a la venta en castellano a partir del próximo 30 de octubre, editado por Crítica.

A modo de pregunta y respuesta precedida por los comentarios de otros científicos y personalidades, Hawking ofrece sus últimas conclusiones sobre las cuestiones que más le planteaban. ¿Existe Dios?, ¿cuál es el futuro del ser humano?, ¿existe vida extraterrestre?, ¿cómo empezó todo? Un compendio de dudas casi bíblicas que el científico cierra condensando los planteamientos e investigaciones que desarrolló durante su vida, combinando a la vez dosis de positivismo sobre el futuro de la humanidad y otras veces con un tono nada halagüeño.

Aquí van algunos de los fragmentos de sus respuestas, que como siempre, vienen cargadas de buen humor y optimismo, a pesar de que diga que probablemente la inteligencia artificial nos engañará, que estaremos dominados por superhumanos genéticamente modificados, o que el cambio climático es irreversible:

Dios no existe, porque lo más sencillo es que no exista
Aunque Hawking se ha declarado desde hace años como ateo, a menudo se enfrentaba a la pregunta sobre si existía Dios. "Durante siglos, se creía que las personas discapacitadas como yo vivían bajo una maldición que fue infligida por Dios […] Prefiero pensar que todo se puede explicar de otra manera, por las leyes de la naturaleza", cuenta en su libro según unos extractos adelantados por The Times.

“Nadie creó el universo y nadie lo dirige”
En el libro Hawking opina que “todos y cada uno de nosotros somos libres de creer aquello que creamos, y mi opinión al respecto es que la explicación más simple es que no existe dios. Nadie creó el universo y nadie lo dirige. Esto me lleva a una profunda reflexión: Probablemente no existe un cielo ni ningún tipo de vida después de esta”.

El futuro de la IA
Hawking también responde a preguntas relacionadas con qué podemos esperar del desarrollo futuro de la inteligencia artificial, y también del ser humano en sí mismo. Con respecto a la primera, el físico compara su irrupción con la del fuego, que fue incontrolable para los primeros humanos “hasta que inventamos el extintor”. El científico entiende que el desarrollo de esta tecnología nos va a traer grandes avances y comodidades, pero siempre deja espacio para ese reverso tenebroso que también le gustaba comentar: "Si bien el impacto a corto plazo de la IA depende de quién la controla, el impacto a largo plazo depende de si se puede controlar o no", comenta.

Aunque la visión normal -y la más vista en la ciencia-ficción- es que las IA en algún momento se volverán malévolas, para Hawking el problema no es ese, sino que simplemente sean mucho mejores que nosotros. "El riesgo real con la IA no es la malicia, sino la competencia".

"Si bien el impacto a corto plazo de la IA depende de quién la controla, el impacto a largo plazo depende de si se puede controlar o no"
“Probablemente no eres un ser malvado por pisar hormigas que se comportan mal, pero si estás a cargo de un proyecto hidroeléctrico de energía verde y hay un hormiguero en la región inundable, lo inundarás. No pongamos a la humanidad en la posición de esas hormigas", concluye.

Una élite de 'superhumanos' y humanos corrientes
Pero además de la IA, Hawking cree también que en un futuro próximo ganará peso la edición genética en humanos. "Ahora estamos entrando en una nueva fase de lo que podría llamarse evolución autodiseñada, en la que podremos cambiar y mejorar nuestro ADN […] Hemos mapeado nuestro ADN, por lo que podremos comenzar a escribir correcciones”. El físico cree que en un primer momento estas técnicas -que ya están en desarrollo, como el CRISPR- se aplicarán sobre los humanos para corregir enfermedades como la suya o discapacidades, pero también opina que el ser humano se verá obligado a mejorarse para que nuestro organismo biológico siga un paso por delante de lo tecnológico. Y ahí es donde cree que el uso de la edición biológica podría traer el riesgo de separar más a la humanidad en lugar de unirla.

La edición genética podría trazar diferencias entre los más ricos y más pobres, según Hawking
"Estoy seguro de que durante este siglo la gente descubrirá cómo modificar tanto la inteligencia como los instintos compulsivos", escribe, para después describir que aunque haya medidas para regular estos avances, las élites más ricas podrían saltárselas y crear nuevas diferencias. "Probablemente aunque se promulguen leyes contra la ingeniería genética con humanos, algunas personas no podrán resistir la tentación de mejorar las características humanas, como el tamaño de la memoria, la resistencia a las enfermedades y la duración de la vida […] Una vez que aparezcan tales superhumanos, habrá problemas políticos importantes con los humanos no mejorados, que no podrán competir", pronostica.

Colonizar el espacio y vida extraterrestre
Hawking invita al ser humano a salir al espacio y buscar nuevos planetas habitables porque cree que es "casi inevitable que una confrontación nuclear o una catástrofe ambiental paralice la Tierra en algún momento en los próximos 1.000 años".

El científico, siempre un defensor de la lucha contra el cambio climático, cree que debemos unirnos para conservar el planeta que tenemos, pero también ir buscando alternativas. En su pronóstico está que dentro de cien años podremos viajar a cualquier parte del Sistema Solar, y a partir de ahí, salir más allá de él.

También deja un espacio para la vida extraterrestre. Él cree seguro que "hay formas de vida inteligente allá afuera" pero que "necesitamos tener cuidado al responder hasta que nos hayamos desarrollado un poco más". Hawking se involucró durante su carrera en varios proyectos de búsqueda de vida extraterrestre, y en su opinión, si aún no hemos dado con ellos, es porque quizá no hemos sabido interpretar sus respuestas.

Su visión optimista del ser humano a pesar de todo
Aunque Hawking durante los últimos años de su vida protagonizó titulares por declaraciones un tanto alarmistas, su visión sobre el ser humano sigue siendo la de un ser que, en conjunto y gracias a la ciencia, podrá capear estos problemas. “El futuro de las nuevas generaciones dependerá más de la ciencia y la tecnología de lo que ha hecho cualquier generación anterior”, señala.

“Nuestra ingeniosa raza encontrará una forma de sobrevivir”, concluye de forma optimista
Pese a al horizonte poco halagüeño que describe, él cree que "nuestra ingeniosa raza encontrará una manera de sobrevivir al desastre". Incluso cree que, en lugar de ser aterrador, estas posibilidades crearán nuevas posibilidades para "aumentar enormemente las posibilidades de inspirar al nuevo Einstein. Dondequiera que pueda estar. Descubrir una salida del planeta Tierra, y tal vez incluso del Sistema Solar, es una oportunidad para hacer lo que hicieron los aterrizajes en la Luna: elevar a la humanidad, unir a las personas y las naciones, e introducir nuevos descubrimientos y nuevas tecnologías", concluye.

Fuente: Hipertextual