Opinión

El mensaje erróneo de Enrique Clausen

De regreso de unos inmerecidos pero necesarios días de asueto.

Me llama poderosamente la atención que distintos personajes políticos priístas en el Estado han estado enviando mensajes a la ciudadanía con un aderezo especial buscando recomponer la política interna del Partido mediante un “nuevo empezar”, cuando fueron precisamente ellos los que hundieron al Organismo con sus paupérrimas decisiones en el poder.

Y es que para que estos personajes en cuestión se pudieran dar cuenta del desastre que habían tejido por años, había que sufrir un descalabro mayúsculo como el que le propinó el huracán Andrés Manuel López Obrador.

Pero lo que más me extraña, es que uno de esos personajes encumbrados en el priísmo y que definitivamente tuvo mucho que ver en la debacle “tricolor”, puesto que ha fungido por años como “asesor”, les mande un mensaje de reconciliación a sus trabajadores de la salud como si todos estos fueran distinguidos priístas.

Me parece que al “asesor” lo asesoraron muy mal, pues su mensaje es claro, les habla de servir mejor, de redoblar esfuerzos, de recuperar la confianza de la ciudadanía, en pocos palabras Claussen tacha de malos servidores públicos a sus subordinados, es más, los tintes de su mensaje dibujan un cuadro catastrófico donde la labor de estos incansables empleados de Gobierno, fueron parte de la causa de la destrucción parcial del priísmo.

Enrique Claussen se equivocó; pues los empleados de salud ni son connotados ptiístas, -en su mayoría-, y tampoco tienen culpa de las casas blancas; Obedrech; Reformas dañinas; Avión Presidencial; Corrupción imperante del peñanietismo; Ayotzinapa; solo en este sexenio.

Pero qué decir del destructor salinismo; el asesinato de sus propios caballeros; los seis años de una presidencia “lángara” de López Portillo; La matanzas del 12 de Octubre; y tantos ricos emanados del Priísmo histórico que fue lacerando la confianza del pueblo. ¡No!, no señor Secretario, sus trabajadores no tienen culpa de ello, ustedes son los únicos culpables, ellos solo son servidores públicos que van y trabajan ocho o más horas diarias y ganan una cuarta parte de lo que usted percibe. No se equivoque con esos mensajes, tiene que ir mucho más allá para culpar a alguien de su debacle, tienen que hacer un análisis exhaustivo y si es necesario cambiar de actores, los que hoy están, al menos, muchos de ellos, ya demostraron que son incapaces.

Es sabido que el priísmo tiene bases sólidas, aún personajes leales a sus valores, es un organismo que sí, está noqueado sobre piernas, vapuleado, humillado en sus más recóndito ser.
Sin embargo tendrán que definir líneas delegadas entre el continuismo y la reinvención, una tarea compleja tomando en cuenta la montaña cuesta arriba que tendrán que empezar a escalar en adelante.

Así que más allá de que esos mensajes que han enviado algunos priístas culpables del desastre electoral logren cambios mediáticos, sobre todo el de Claussen Iberry, siguen permeando en el colectivo como palabras hirientes pues en muchos casos insultan la inteligencia ciudadana. Mal, muy mal Enrique Claussen.

Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...
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