La doble moral y cara de Ricardo Anaya está aflorando conforme avanza la campaña, y sus bonos siguen a la baja, la desesperación ha provocado que el candidato del Frente por México traicione una vez más, los acuerdos que hizo con Movimiento Ciudadano y el PRD, Organismos que acompañan al PAN en esta pugna por la Presidencia de la República.
Mire usted, el último error de Anaya, y desde mi punto de vista el que le puede costar más caro, es sin duda haberse reunido en privado con el Frente Nacional por la Familia y haber endosado su palabra al pronunciarse en contra del aborto y del matrimonio igualitario.
Evidentemente esta medida desesperada molestó a los liderazgos perredistas y de Movimiento Ciudadano, quienes políticamente han ondeado la bandera de la igualdad en todos los frentes, y por ende, pidieron a Ricardo reunirse con la comunidad lésbico-gay para sanear el derrame que dejó luego de sus declaraciones.
Y decía que este error puede ser el que más golpee a Anaya, y es que es lógico, a pesar de las tormentas provocadas por la lluvia de madrazos que le soltó el PRI, la Coalición había estado unida, pero una fractura interna de cara a la elección, al día D pues, pudiera dar al traste con los acuerdos que se hicieron gracias a las tonterías que ha desparramado Ricardo.
La reunión con la comunidad Lésbico-Gay tendrá que llevarse a cabo, sí o sí, y entonces o una de dos, o Anaya les endulza la píldora, o se cierra las puertas, lo que en cualquier caso, azotará al candidato panista, un latigazo que pudiera ser mortal a nueve días de la decisión final.
En Movimiento Ciudadano alzaron la voz Martha Tagle, Patricia Mercado y Jorge Álvarez Máynez, mientras que el perredista Ángel Ávila Romero se dijo inconforme por las declaraciones arrebatadas del queretano.
Las cosas se le complican a Anaya, pues esta historia empieza a maquillarse con tintes monstruosos, y más allá de la inminente derrota que le espera el 1 de Julio, todos aquellos muertos que dejó en el camino se le aparecerán en modo fantasma, y los enclenques que mutiló, tendrán suficiente fuerza para reclamarle su desastre, lo que significa que la carrera de Ricardo Anaya prende de un hilo.
Y es que en éste mismo espacio lo hemos comentado; no era su tiempo, un tipo que jamás había ganado una elección constitucional no podía aspirar a ser Presidente de la República, se quiso brincar las trancas y seguramente, terminará resbalando.
El futuro del grupúsculo de Anaya corre el riesgo de ser desplazado por los panistas que habían sido segregados, albiazules de peso, y que luego de una posible, muy posible derrota de Ricardo seguramente irán por los bártulos del Partido a costa del territorio minado que está heredando el candidato.
¡Ay! Damián Zepeda, ¿Qué será de ti?
Si solo has demostrado que para trascender en tu carrera política necesitas padrinos de peso, por ti solo no haz hecho nada, absolutamente nada, un político tan chiquito como tú jamás debió ser Presidente Nacional de un Partido que otrora representaba lo más pulcro del quehacer político mexicano, y los personajes que ocupaban esa silla eran por demás, tipos con amplia panorámica, sesudos, hombres cabales que desparramaban en sus mensajes inteligencia pura. ¡No! Para nada estoy describiendo a Damián, es más, el señor representa la otra cara de la moneda.
Primero fue Guillermo Padrés en 2009; ahí apareció Zepeda como fantasma, nadie lo conocía, y sin embargo el ex Gobernador, hoy preso, lo impulsó.
Después se relacionó en San Lázaro con Ricardo Anaya, su amistad cuajó gracias a visiones paralelas de lo que es la política, pero sobre todo, a esa forma de ser, “muy acá”, fresones pues.
Damián será Senador, una vez más, gracias a sus amistades, será plurinominal, no podía ser de otra forma, pero después, después quien sabe.
Ya ha habido políticos que se han quedan huérfanos, pero su capacidad los ha hecho flotar en esos mares turbulentos, a Zepeda no le brilla ese futuro, pues ha demostrado que su materia gris no alcanza para navegar solo.
Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...
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