Ana Poyo — @anapoyotorrado — Que en una boda coincida el estilismo de dos invitadas lo podemos tildar de casualidad, e incluso de fashion drama, pero que lo hagan tres y en una ceremonia real como la de Meghan Markle y el príncipe Harry, duques de Sussex, hemos de tomarlo como lo que es: un patrón que, en la industria de la moda, indica tendencia. En este caso, se trata del vestido Festival firmado por The Vampire’s Wife, la marca de la modelo y diseñadora Susie Bick.
Entre las tres asistentes que apuraron las escaleras de la capilla St. George con este traje seguramente reconozcas a Sara Buys, periodista de moda y consorte de Tom Parker Bowles, y Charlotte Riley, actriz británica conocida por su papel en Peaky Blinders (2013). Y sobre ellas un modelo de coordenadas concretas –cuello redondo, mangas y bajo con volantes, y silueta ceñida– que únicamente varía en tejido, color y estampado (si es que lo tiene).
Por si estas tres versiones del mismo vestido no fueran suficiente motivo para convencernos de que, en efecto, es aquel en el que deberíamos invertir para ser la perfecta invitada, tirando del hilo nos topamos con que Alexa Chung, Sienna Miller y Keira Knightley también lo han llevado. Todos iguales en la base y a la vez tan diferentes, hablan un lenguaje de practicidad y reinvención en contra del consumo de masas. Explorar una prenda y sus posibilidades, construir un armario en términos cualitativos y no cuantitativos, asimilar quién eres y lo que te favorece.
“Se pueden usar en cualquier situación y causan un impacto inmediato y sorprendente”. Así es como la propia Bick describía su ropa en una entrevista con vogue.es tras la reciente aparición de su etiqueta en 2017. “Mi particular estética nace de un inmenso amor por el ballet ruso, los libros infantiles, la naturaleza más cruda, el arte, las películas, la arquitectura… Todo tipo de cosas, realmente. Supongo que The Vampire’s Wife destila estas influencias hasta convertirlas en algo que es funcional, delicado, moderno y simple”.
Fuente: Vogue
