Opinión

Sistema anticorrupción, en pañales

No es por desanimarlos, mis desesperadas lectoras, mis urgidos lectores, pero la esperanza de que algún día sean recuperados los bienes y el dinero que el gobierno de Guillermo Padrés perdió en el agujero negro de la corrupción, el nepotismo,

el tráfico de influencias y “lavanderías” diversas, podría tardar años, si no es que décadas.

Y en caso de recuperarse, jamás el monto sería el 100 por ciento, pues de acuerdo a experiencias internacionales similares, eventualmente se recupera menos del 50 por ciento.

Tal fue una de las principales aseveraciones que hizo ayer Pedro Gomes durante un encuentro con algunos colegas en el que habló largo y tendido sobre los temas en los que se ha especializado durante más de 20 años: prevención y combate a la corrupción, procesos de recuperación de activos y seguimiento de capitales “blanqueados”.

Pedro Gomez, de origen brasileño pero residente en Suiza, está en Hermosillo para capacitar al personal de la Fiscalía Especial Anticorrupción en estas materias, desde su amplísima experiencia, primero en el Ministerio de Justicia de Brasil y luego en el Centro Internacional de Recuperación de Activos y Asistencia Legal Mutua.

Hoy se desempeña como consultor independiente y fue invitado por el fiscal especial anticorrupción, Odracir Espinoza, para capacitar al personal en estos temas, sobre los que tiene amplia experiencia.

Relató casos de corrupción muy sonados en el ámbito internacional, como el del propio Luiz Ignacio Lula da Silva en Brasil, Alberto Fujimori en Perú; Ferdinando Marcos en Filipinas, así como otros en Colombia, Haití, Nigeria y otros países europeos.

Seguir la pista del dinero “blanqueado” es sumamente complicado cuando los recursos se dispersan por todo el mundo, donde hay que lidiar con los sistemas financieros y judiciales de cada país.

Particularmente en Latinoamérica el tema se vuelve más complicado, pues muchos países sobre todo en el sur del continente, son democracias jóvenes, con 30 años o menos y vienen de dictaduras militares donde la opacidad era tremenda.

Si bien en México no se ha vivido una dictadura como las de Sudamérica, sí se vivió una etapa de 70 años de gobiernos del PRI, en la que se hicieron muchas cosas buenas, pero en materia de corrupción, opacidad y falta de rendición de cuentas fue una etapa negra que no se superó tras dos sexenios de gobiernos emanados del PAN, ni hay garantía de que se logre con el gobierno de otro partido político, pues el tema no tiene que ver sólo con quién ocupe la titularidad del gobierno, sino con todo el entramado institucional anquilosado, y no pocas veces la falta de voluntad de jueces, magistrados, legisladores, políticos y todos los involucrados en el sistema.

Entonces el asunto también tiene que ver con los procesos de democratización de la vida pública en cada país; hay países muy avanzados en sus democracias y la corrupción sigue existiendo, en diferentes modalidades.

Los sistemas anticorrupción en Latinoamérica son relativamente nuevos; en México apenas se va comenzando y en Sonora apenas hace un par de años empezó a dársele la importancia debida, modificando las leyes o creando nuevas; construyendo las instituciones para atender estos temas y generando una nueva cultura de participación ciudadana, lo que resulta a la postre, clave para que las cosas funcionen.

Se le preguntó concretamente sobre el caso de Guillermo Padrés y la posibilidad cada vez más cercana de que abandone la prisión, pero dijo desconocerlo al detalle. Lo que sí dijo es que en este, como en otros casos, lo primero que hay que preguntarse es si el juez que lleva el asunto es autónomo, si los tribunales actúan con libertad, autonomía, transparencia, honestidad. Y la respuesta de sus interlocutores, en todos los casos, fue negativa.

A todos esos recovecos tienen que enfrentarse las fiscalías anticorrupción, los agentes, abogados y hasta los ciudadanos que participan en el seguimiento de casos como el de Guillermo Padrés y tantos otros en México y el mundo.

Es posible que en Sonora y para los sonorenses, este caso sea prioridad, pero en el ámbito internacional es uno más y quizá no tan importante como otro. Cada país tiene sus prioridades, señaló Pedro Gomes, al relatar el caso de una abogada mexicana, defensora de narcotraficantes que terminó como testigo protegido.

En Brasil recibimos una solicitud del gobierno mexicano, dijo, porque la señora quería ir un par de semanas a vacacionar allá. Y la solicitud de México era para que la policía brasileña le garantizara su integridad física durante su estancia. La prioridad de México era en ese momento cuidar a esa señora, exclamó entre sorprendido y divertido.

A veces la gente exige resultados inmediatos, hay mucha presión social para que se resuelvan los casos, pero no es algo sencillo. Las investigaciones suelen llevar años, y hasta décadas; sin embargo hay que seguir perfeccionando las leyes, los sistemas judiciales, pero sobre todo la cultura de la legalidad, de la honestidad y la transparencia, así como la integración de ciudadanos en estos procesos, eso es fundamental para darle una nueva perspectiva.

II

Salvo entre los llamados “pejezombies", que aceptan a ciegas, incondicionalmente cualquier decisión tomada en la cúpula de Morena, donde la palabra de Andrés Manuel López Obrador es ley, la incorporación de Napoleón Gómez Urrutia fue una mala noticia.

Ni siquiera ver a Germán Martínez Cázares, ex dirigente nacional del PAN en esa lista, causó tanto escozor como ver al ex líder minero prácticamente sentado a dos nalgas en un escaño del Senado.

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre el pragmatismo con que en esta parte de su tercera campaña presidencial, Andrés Manuel va por todo el país recolectando de todo, incluyendo a varios personajes bastante impresentables, que por obra y gracia de las aguas del Macuspana expían sus pecados y se santifican sin mayor trámite.

Siempre habrá quien diga que en el resto de los partidos siguen vigentes personajes igual o peor de nefastos que los nuevos reclutas de Morena, y tendrán razón, pero se suponía que el proyecto alternativo de nación tan pregonado tendría que ser construido con sangre nueva, con nuevas ideas y nuevas caras.

Dicen, los así llamados “pejezombies”, que el PRI tiene a personajes como Romero Deschamps y el PAN tiene al Jefe Diego, por citar a un par de emblemas de la baquetonada. Pero en el remoto e improbable caso de que este par anunciara su incorporación a Morena, inmediatamente pasarían a ser los más combativos y reputados próceres de la democracia.

Nota: dije en el remoto e improbable caso, con pleno conocimiento de que a estas alturas, ya nada es remoto ni mucho menos improbable, pues hasta hace unas semanas, pensaba lo mismo de la maestra Elba Esther Gordillo, que hoy cierra filas con el Peje.

En fin, todavía nos falta mucho por ver en esta histórica e inédita sucesión presidencial.

Seguiremos informando.

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Arturo Soto Munguía

Arturo Soto Munguía

El Zancudo... No mata, pero hace roncha