Opinión

Que le caiga el 20 que ya no va...

Hace unos día el Senador de la República y ansioso pre candidato del PAN para la Alcaldía de Hermosillo, Héctor Larios, se reunió con los manda más del Partido, y al parecer recibió la triste noticia que su campaña

"Que nos caiga el 20" no prendió y por ende, su posible candidatura estaba devaluada.

Por supuesto que Larios no aceptó el cuestionamiento que sus "líderes" le hicieron, es más, sabemos de buena fuente que Héctor seguirá sobre ese camino rumbo a la alcaldía, solo que se dio por entendido, que el esfuerzo será sin aliados de altos vuelos.

La decisión la tomó directamente el Secretario General de Acción Nacional, Damián Zepeda, y no es que sea un genio ni mucho menos, es más, esta comprobado que el puesto lo está cegando, y el poder lo está poniendo en su lugar, o sea, el lugar de un tipo que se volvió loco, y que ha perdido el respeto - si es que alguna vez lo tuvo- en Sonora.

De arrogante no lo bajan, y es que evidentemente perdió el piso, no supo sopesar la responsabilidad que le confirió Ricardo Anaya, y aquella humillante derrota sufrida ante Manuel Ignacio Acosta, no lo ha dejado dormir, no se ha podido zafar la estrepitosa derrota sufrida hace dos años.

Sin embargo, le doy una buena, una nomás, pues tampoco es de genios, ni siquiera de una persona medianamente brillante entender que el perfil de Héctor Larios no alcanza para sacudir el tapete de una sociedad vapuleada e incrédula. Mucho menos de un Político pargo, gris, que si bien es cierto con una inteligencia vasta, también lo es que carece de chispa mediana para alborotar un electorado que está a la defensiva.

En ese contexto, y con las evidentes ganas de Luis Serrato de contender por el Senado, la puerta se le abre a Edmundo García Pavlovich, el tercero en discordia que ha levantado vuelo con un proyecto innovador, diferente a lo que han mostrado en los últimos años cualquiera de los aspirantes panistas.

Y es que Edmundo sabe que si no ofrecen algo diferente, que lo distinga de los demás, y que por supuesto tenga argumentos para que funcione, los hermosillenses no verán en una marca vapuleada una diferencia para voltear siquiera y analizar las propuestas que salpiquen durante su campaña.

Es ahí donde García Pavlovich debe trabajar, es quietarle la venda del autoritarismo y soberbia que ha demostrado Zepeda Vidales. Entiende que debe tejer fino al interior, con la institucionalidad debida, y lo ha sido, pero también sabe que debe ofrecer alternativas vastas para poder ganar una elección que de antemano será compleja.

La propuesta que está horneando Edmundo, se antoja interesante, la basa en la profesionalización de puestos claves, donde al final de día se toman las decisiones que llevan al éxito o en su defecto a la debacle a una gestión municipal.

Veremos si al menos una vez, la decisión de Zepeda es la correcta, y deja de pensar con el hígado para razonar las posibilidades que su Partido tiene para regresar a gobernar la capital sonorense.
En espera de eso, o de más cerrazón.

David Palafox...

La ley que impulsó David Palafox sobre las casas de empeño, fue defendida por el Diputado, para él, no se necesita una modificación, es más, según sus palabras raya la perfección.

Y es que luego del caso Kasandra, de algún modo la sociedad dudó de la ley, y sus componentes, esos que harían justicia y acalambraría a más de tres amantes de lo ajeno, quedó en tela de duda, pues nadie entendía a fuerza de la lógica, cómo una joven que solo recibió el objeto y su supervisor lo aceptó, fue detenida y encarcelada de manera preventiva, mientras que el sujeto que empeñó, aún identificado, no había sido puesto a disposición del Ministerio Público.

La explicación de Palafox fue contundente, su función en el Congreso del Estado es hacer las leyes, pero la aplicación de ellas, corresponden a la Fiscalía General de Justicia, y a los jueces que determinan mediante la investigación de la primera la decisión de encarcelar o dejar en libertad.

Sigo pensando que la ley necesita una
modificación, tiene que ser más contundente, plasmar sin lugar a interpretaciones quién, o quiénes son culpables, para evitar injusticias y casos como el de Kassandra. Me parece que se pudiera hacer, pero a final del día, los
Diputados tiene la última palabra.

Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...
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