Opinión

Festejo "independiente"

Dicen que hemos avanzado enormemente en democracia; que los mexicanos estamos mejor después de independizarnos de España; que aquella esclavitud y pobreza lacerante que imperaba en el reino se acabó.

También han escrito que los mexicanos somos valientes, pues nos levantamos en armas con evidentes desventajas en la independencia y logramos la libertad; que volvimos a alzar la voz y sacamos a flote el carácter para aniquilar la pobreza que luego de 100 años de la independencia como país nos la volvieron a imponer los mexicanos ricos de aquella época, con el movimiento revolucionario.

Ya han pasado 107 años de la última vez que los mexicanos se hartaron hasta ofrecer su propia vida para zafarse de las injusticias que nos hemos aplicado entre nosotros. Hoy en día, el sistema político mexicano se viste con ropajes virreinales y ejerce con tintes viles las mismas injusticias que nos envolvieron antes de la Revolución mexicana.

Bien pues, se dice también que aquel día cuando los mexicanos quedaron libres del imperio español, y se redactó el documento fundador del Estado Mexicano en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, el 28 de septiembre de 1821 por Juan José Espinosa de los Monteros, secretario de la Suprema Junta Provisional Gubernativa, el país iniciaría una nueva forma de vivir, se pensaba que la prosperidad venía dando vuelta en la esquina. Evidentemente en esa esquina se descompuso la máquina.

¡Vivan los héroes que nos dieron patria!, gritan los gobernantes, un acto protocolario que salpica cierta dosis de irresponsabilidad, pues actualmente son ellos, o al menos la mayoría, -con honrosas excepciones-, quienes se olvidaron de aquellos hombres y mujeres que dieron sus vidas para que México tuviera esa prosperidad de la cual se habló, se añoró.

"Oficialmente" se dice que aquel día de 1821 el país se libró de la esclavitud, incluso décadas antes que lo hiciera Abraham Lincoln en los Estados Unidos, y digo "oficialmente", porque pocos recuerdan que a principios del siglo XX la práctica de la esclavitud se hizo presente por años en los patios gigantes de sembradío que tenían en Yucatán los acaudalados.

Mire usted, en el libro "México Bárbaro", redactado sublimemente por el escritor y periodista estadounidense John K. Turner, hace una radiografía en su crónica que desviste que los años de la esclavitud estaban lejos de terminar.

Habla sobre cómo los caciques de la época practicaban la esclavitud en la llamadas Tabacaleras y en las plantaciones de Henequén al obtener mano de obra barata, sobre todo del pueblo sonorense, Los Yaquis.

La narración detalla como estos hombres de dinero, buscaban la mano de obra barata, en aquellos años se sabía que el pueblo Yaqui lo era, además de aprovecharse de las virtudes físicas de la raza, los llevaban a trabajar como esclavos , y cuando terminaba su vida útil, muertos, se deshacían de ellos como si fueran animales, todo, ante los ojos cómplices del Presidente de México, Porfirio Díaz. Casi 100 años después, aquella ilusión de la abolición de la esclavitud convertida en ley, no era sino letra muerta.

¿Qué festejamos actualmente?; la pobreza extrema en que están poco más de 50 millones de mexicanos; la democracia en ciernes que no termina por despegar; o simplemente la vida que tenemos, una vida como país tercermundista que sigue siendo aplastada, pisoteada por intereses de unos cuántos.

¡¡¡Viva México!!!

Listo, Dios los bendiga, cuide y proteja...
Cualquier duda, aclaración o crítica, mi correo es jessolfi@Gmail.com Twitter @jessolfi_y