Opinión

Padrés, ahora Duarte

De regreso de unas minis vacaciones, cortitas pero productivas.

Luego de una desastrosa, lamentable, detestada, señalada y corrupta gestión, los gobernadores de Sonora y Veracruz pernoctan en la cárcel.



Y es que lo que hizo Guillermo Padrés en Sonora desembocó una serie de acontecimientos que hoy en día han cambiado la percepción de muchos ciudadanos, para mal claro está, y que el futuro del ex mandatario no podía ser otro que la cárcel.



Pero lo que desparramó Javier Duarte en Veracruz fue un chorro insaciable de rapiña, donde se sirvió con la cuchara grande para hacerse de mansiones en Miami, Valle de Bravo, Veracruz, en la Capital del país, específicamente en una zona de alta plusvalía.



Eso lo logró con base a sus mecanismos fraudulentos que desviaron recursos financieros a sus hoy, obesas cuentas bancarias. Sin embargo, lo que más le recriminan los "Jarochos" al ex mandatario, son sus innumerables señalamientos por la desaparición de decenas de personas, entre ellas muchos periodistas.



La sonrisa cínica y hasta enfermiza de Duarte ha destellado vasto coraje de los veracruzanos, su visible confianza en los recovecos legales que manejan los hilos de México, aparentemente lo mantienen tranquilo, sin embargo, ese mismo dialecto corporal que ha manejado desde su gestión, atiborra de dudas sobre su estabilidad emocional.



Javier Duarte fue capturado en Guatemala, sus días felices y de manos llenas terminaron, o al menos eso queremos pensar los ciudadanos, sobre todo los veracruzanos, esos que fueron agraviados seis años, gracias el despilfarro económico, la nula vergüenza, la posible insensibilidad social en la desaparición y asesinato de personas. Duarte se concierto en una gestión, en el personaje más odiado del "Puerto Jarocho". Y por mucho.



Comparado con Padrés, sería algo así como, el diablo contra un fantasma, los dos asustan, los dos se aprovechan de sus Argentina mentís maléficos, los dos mienten, pero uno llevándose a su paso absolutamente todo, cual si fuera un Taunami, y el otro a lo marrano, pensando solo en su bienestar pero cuidando ciertas formas, de vida sobre todo, al final del día, a ambos se les acusa de rateros y políticos deshonestos.



Uno del PAN,-Guillermo Padrés-, otro del PRI, -Javier Duarte-, los dos señalados, los dos corruptos, los dos nuevos millonarios, los dos sin vergüenzas, los dos cínicos, ¡Sí!, los dos encarcelados.



No hay distinción, la clase política está arrastrando un pesado cobijo de corrupción, gobernadores como Padrés y Duarte fortalecen más la idea de que los ciudadanos están cada vez más cerca de tomar por asalto el poder político mexicano, pues las bases que fincaron los Organismos políticos hace décadas, se fueron aniquilando gracias a las enclenques gestiones y toma de decisiones de este tipo de personajes.



Los Padrés y Duartes deben desaparecer de la política mexicana, ni siquiera pueden ostentar aquel mal llamado "mal necesario", estos ex mandatarios mutilaron la poca confianza que aún había en algunos ciudadanos. Sus actuaciones fueron tan cínicas que terminaron por descobijar el poco cuerpo que aún se mantenía caliente bajo el yugo de la calidez llamada confianza.



Durante su gestión, Duarte tejió una red e protección, lo que evidencia una vez más que la justicia Mexicana aún tiene muchos pendientes por resolver. El dinero pues, sigue manteniendo vivas las esperanzas de los corruptos a no ser detenidos, a esa indebida e insana forma de comprar conciencias. Aún se puede, la pobreza a flor de piel permite eso y mucho más.



Javier Duarte sigue sonriendo, ¿recuerdan?, igual que Padrés cuando iba al reclusorio. Seguro estoy que hoy, ya en la sola y fría celda en la que se encuentran, su risa congelada se habrá de derretir poco a poco en su encuentro con la desolación cruda realidad que será su única compañera.



La justicia está caminando, todos los mexicanos esperamos que no se detenga, que no caiga en esos baches repletos de arreglos extraños y que los látigos que deben castigar a los malhechores, azoten con rigor a los que sean culpables, claro, todo en su justa medida.



Listo...Dios los bendiga, cuide y proteja...

Cualquier duda, aclaración o crítica mi correo es jessolfi@gmail.com Twitter @jessolfi_y

Fuente: Ilustración tomada del El Universal