Opinión

Cierra bien la semana el Maloro, antes de volar a Toluca

Antes de hacer maletas para volar a Toluca, donde rendirá protesta como presidente de la Federación Nacional de Municipios de México,

el alcalde de Hermosillo Maloro Acosta cerró la semana con una serie de buenas jugadas que pondrán agenda en los días venideros.

De entrada, y en un acto que tiene reverberaciones más allá de lo estrictamente administrativo o como acción de política pública, el alcalde abrió la llave del agua que abastecerá a 110 familias de los ejidos San Pedrito, La Finca y El Encanto, en la zona rural oriente de Hermosillo.

Esas comunidades nunca habían tenido agua corriente y se abastecían mediante pipas, lo cual es una situación que aún viven cientos de familias en las zonas rurales, pero éstas tienen la particularidad de ser vecinas de las caballerizas de Guillermo Padrés, sí, esas en las que había hasta albercas para hidroterapia y entrenamientos de los costosísimos caballos y yeguas de registro que el ex gobernador y sus amigos mantenían allí, a todo lujo, incluyendo caballerizas refrigeradas y clínica de maternidad. Así como lo lee.

Y mientras a los equinos nomás les faltaba un tobogán acuático para pasar los ratos de aburrimiento, los ejidatarios de la zona se las veían negras para satisfacer una necesidad tan básica como el agua potable, a pesar de que la tubería que la llevaba a las albercas de los caballos pasaba por debajo de sus casas.

Resulta que en la pasada administración estatal, la Comisión Estatal del Agua realizó obras en ese lugar, en contubernio con el organismo operador municipal, para llevar agua desde el acueducto conocido como Las Malvinas, hasta la lujosa construcción del ex gobernador.

Por si fuera poco, al hoy huésped del Reclusorio Oriente le impusieron la tarifa social, unos 130 pesos mensuales, que por cierto tampoco pagó y eso provocó que el año pasado le fuera cortado el suministro.

Lo paradójico del caso es que el agua pasaba por debajo de las casas de los ejidatarios a través de una tubería de ocho pulgadas que iba a dar a las caballerizas para la mejor calidad de vida de los equinos, mientras el consumo humano en esas poblaciones fue desdeñado olímpicamente.

La actual administración municipal realizó las obras de conexión necesarias para dotar de agua a la gente, que después de muchos años ya no tiene que esperar el reparto en pipas.

Por otro lado, la libró bien el alcalde en la sesión de cabildo de este jueves, pues ya le estaban echando el caballo encima (para seguir con las metáforas equinas) con el asunto de una planta procesadora de pescado que se instaló en la playa de Kino Viejo, violando normas de construcción, impacto ambiental y cuanto requisito se exige para construir en ese lugar.

La empresa, de capital chino, construyó sus instalaciones invadiendo la zona federal marítima en diciembre del año pasado, por lo que el Ayuntamiento envió un aviso a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

Los orientales comenzaron a construir desde el mar hacia la playa, pero en cuanto la obra tocó terrenos municipales, el Ayuntamiento suspendió la obra. Los empresarios chinos pidieron un permiso para continuar, pero les fue negado, y como no hicieran caso, el pasado 23 de marzo la obra fue clausurada por la autoridad municipal.

En la sesión de hoy el alcalde explicó que el siguiente paso es ratificar la sanción impuesta y continuar el proceso legal hasta sus últimas consecuencias, incluyendo la demolición de la obra. Además, dijo que debido a la falta de ordenamiento y control en esa zona, solicitará al gobierno federal la concesión de los 230 kilómetros de litoral que corresponden al municipio de Hermosillo.

Otro tema polémico en la sesión de cabildo de ayer fue el cambio de nombre del bulevar Ganaderos, en todas sus etapas, que en adelante se llamará Manlio Fabio Beltrones.

El cambio en la nomenclatura fue votado en contra por los regidores de Movimiento Ciudadano (2); el de Morena (1) y cuatro de los cinco panistas, ya que Karina Barrera, a la que los blanquiazules bullearon cuando votó a favor de la concesión del alumbrado público, expulsándola del grupo, votó de nuevo junto con los regidores del PRI, del PANAL y del Verde Ecologista.

Por cierto, Karina Barrera, quien llegó sin la camisa utilitaria de los ediles blanquiazules y se sentó más cerca de los priistas que de sus ex compañeros, emitió fuertes declaraciones al término de la sesión, a propósito de su separación del grupo panista, denunciando que fue objeto de amenazas por parte de algunos dirigentes de su partido (bueno, del partido que la hizo regidora, pero en el cual nunca ha militado) y que tiene temor de que algo le pueda pasar después de eso.

Y que por eso prepara una demanda contra sus ex compañeros, a quienes acusa de violencia política de género, lo cual hace otra muesca en la cacha del revólver que apunta a la unidad del PAN rumbo a las elecciones del año que entra en Sonora, donde los panistas no han podido reconstruirse luego del amargo despertar del sueño padrecista, ya con Padrés en la cárcel y buena parte de su grupo compacto poniendo pies en polvorosa.

Pero bueno, eso es un asunto del PAN.

El tema inicial de esta columna es que el alcalde hizo justicia a los habitantes de la zona rural oriente, bateó las críticas que ya comenzaban a enderezarse en su contra por lo de la empresa china en Kino Viejo y sacó adelante el cambio de nomenclatura del bulevar Ganaderos, lo que dejó trinando a los ediles panistas, que públicamente abominan de Manlio Fabio Beltrones, pero en lo oscurito le queman incienso y le piden favores.

Y mientras deja la víbora chillando, el Maloro vuela a Toluca para asumir la presidencia de la Fenamm, la organización más grande y representativa de los alcaldes mexicanos (agrupa a unos mil 800) desde 1997, cuando decidieron fusionar tres asociaciones de alcaldes que operaban en el territorio nacional y que hoy son una sola.

Esto sucederá el próximo lunes, y ya veremos lo que sucede en la capital del Estado de México, donde seguramente se hablará de todo, menos de política. Sí.


II

Nayarit era, hasta hace poco, el estado que el PRI tenía considerado como el menos probable para ganar en las elecciones del próximo cuatro de junio, cuando se renueven gubernaturas además en Coahuila y Estado de México, y ayuntamientos en Veracruz. Desde ayer, ya pueden confirmar la derrota.

La captura del fiscal estatal nayarita Edgar Veytia, mejor conocido como “El Diablo”, acusado de narcotráfico en Estados Unidos hace que las pocas expectativas del tricolor en aquella entidad se derrumben.

Al “Diablo” se le sigue un proceso por tráfico de drogas (metanfetaminas, cocaína, mariguana y heroína) en otro caso de reporte policiaco con implicaciones políticas, pues el señor ha sido evidenciado además como financiero de varias campañas electorales, entre ellas la del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, mejor conocido como “El Bronco”, quien por cierto no negó su amistad con el hoy reo.

Pero no es cualquier reo. Se le señala como lugarteniente del cártel Jalisco Nueva Generación, en una investigación conjunta entre el FBI, la DEA, la Oficina de Investigaciones Criminales y el Departamento de Seguridad Interior estadunidense.

Por si fuera poco, la orden de arresto surgió del juzgado de distrito norte de Nueva York, mismo donde se sigue el caso de Joaquín “El Chapo” Guzmán, lo que ya ha despertado suspicacias en el sentido de que el líder del cártel de Sinaloa comenzó a ‘soltar la sopa’ y sus revelaciones podrían alcanzar a otros personajes de la política mexicana, lo que ha puesto a temblar a más de cuatro, y no sólo priistas.

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Arturo Soto Munguía

Arturo Soto Munguía

El Zancudo... No mata, pero hace roncha