Opinión

“Los Dagnino me robaron a mi hijo y busco ayuda para recuperarlo”

Por esta vez y dada la relevancia del tema, cedo el espacio de esta columna al documentado reportaje del colega y amigo guaymense Ricardo López, para que más lectores se enteren de esta desgarradora historia.

Empalme, Sonora.- En una investigación durante meses en busca de una desgarradora historia, marcada de abuso del poder de dos gobiernos estatales del noroeste del país, que a través de tráfico de influencias logran privar de la libertad a un menor de edad, separándolo de su madre, una joven empalmense la cual talvez su único error o pecado fue enamorarse y confiar en el hombre equivocado, mismo que posiblemente aprovechó la situación para poder darle un heredero a su hermana bajo una serie de irregularidades y delitos graves, como según la señora Alma Mónica Rendón Castro, abuela del niño, narra los sucesos y calvarios que han vivido durante años, solicitando el apoyo directo a la gobernadora de Sonora, licenciada Claudia Pavlovich Arellano y a los Derechos Humanos del ámbito federal, desesperadamente.

Como en las novelas de siglos pasados, la historia de Ivelice Melisa Godoy Rendón “plebeya” o joven humilde de bajos recursos, la cual conoce a José Rodolfo Contreras Dagnino “príncipe” pudiente de respaldo económico, con poder político y apoyo de las autoridades de los gobiernos de los estados de Sonora y Baja California en el año 2012, coincidentemente ambas administraciones panistas, año donde nace esta odisea en el municipio de Puerto Peñasco, paraíso donde vacacionaba con su familia la empalmense, lugar en el cual ve por primera vez al joven “sangre azul”.

Ivelice Melisa, apenas cruzaba los 19 años de edad cuando aceptó convivir con José Rodolfo durante algunos meses, fue aproximadamente al octavo mes, después de haberse conocido en las hermosas playas de Puerto Peñasco, que la “plebeya” le comunica a su “príncipe” que va a ser papá, motivo por el cual “levanta el vuelo” y jamás vuelve a saber más de él.

La joven “plebeya” se refugia en los brazos de su mamá Alma Mónica y de su abuela paterna la señora Guadalupe de Godoy en su ciudad natal de Empalme, lugar donde le prestan las atenciones adecuadas durante su gestación, estado mismo que hace a la joven empalmense contestar la llamada de su amado “príncipe”, poco menos de un mes antes de dar a luz.

Inexplicablemente de la nada, cuando Ivelice Melisa se encontraba internada en el Hospital General de Guaymas (al no contar con aseguración social), a punto del parto, aparecen “Los Dagninos”, encabezados por Minerva Dagnino, prima hermana en aquellos años de la señora del gobernador Guillermo Padrés Elías, Iveth Dagnino de Padrés, la cual venía acompañada por quién en la actualidad según las autoridades bajacalifornianas tiene físicamente y presuntamente “legal” la patria potestad del menor, Natalia de San José Contreras Dagnino.

Posteriormente al parto normal de la empalmense y de verificar “Los Dagninos” que el niño había nacido en condiciones perfectas, estos últimos se retiran del puerto de Guaymas, solicitando la petición sin la presencia del padre biológico que el recién nacido podía llevar el apellido del “príncipe”.

Transcurrieron más de cincuenta días para que la madre del menor se trasladara a Puerto Peñasco, para asentar legalmente ante el registro civil el nacimiento del sonorense, bajo el nombre de Javier Armando Contreras Godoy, quién había nacido el día 7 de julio del año 2012.

Después del registro del infante y de quedarse algunos días la madre y el niño con el padre, se regresan a la ciudad jardín, donde pasan siete meses más sin saber de él y sin recibir el apoyo económico del padre, a poco más de nueve meses de nacido Javier Armando, la joven Ivelice Melisa recibe una serie de amenazas de parte de la tía del menor Natalia, echas a través de vía Facebook.

Durante tres meses de acoso cibernético psicológico por parte de Natalia en contra de Ivelice Melisa y ante una muestra de falta de madures, la joven madre decide llevar de nuevo al niño a Puerto Peñasco, ya con un año y par de meses de nacido, según para que conviviera Javier Armando con su padre y la familia Dagnino, durante algunas semanas.

Regresan de nuevo a Empalme Ivelice Melisa y Javier Armando, después de esa visita a Puerto Peñasco, pasando así un año más sin saber de “Los Dagnidos”, en ese lapso la joven empalmense conoce a otra persona e inicia una relación.

Rebasando los dos años y dos meses de su nacimiento el menor vuelve a salir de Empalme con rumbo a la ciudad de Mexicali, Baja California, en compañía de su madre Ivelice Melisa y su nueva pareja, lugar en donde inicia el calvario que aún cesa ante la pérdida parcial de Javier Armando.

Sin aviso previo, sorpresivamente Ivelice Melisa y Javier Armando recibieron la visita de Natalia Contreras Dagnino en la capital bajacaliforniana, lugar donde con la confianza que ya existía en la relación entre los mismos, la tía del menor solicita a la madre del mismo que le prestara al niño por unas horas, horas que se volvieron días.

Ante el rechazo de no contestar el teléfono Natalia, Ivelice Melisa decide asistir a la Procuraduría General de la República con base en la ciudad de Mexicali, interpone la denuncia y ubicación del domicilio de la tía, posteriormente, dos días después la empalmense recibe un citatorio de la Procuraduría del Menor de Baja California, acudiendo al domicilio que se le notificaba.

Según la versión de la joven madre en ese lugar dentro de una oficina de la Procuraduría del Menor, una persona la acusaba de maltrato, abuso sexuales con imágenes de un niño golpeado, el cual siempre ella sostuvo que no era Javier Armando, señalando dicha instancia que Ivelice Melisa “no era apta” para que el niño se desarrollara bajos sus cuidados, notificándole que el menor lo habían enviado de manera temporal a un albergue de la colonia Guajardo.

En el domicilio número 1253 de la avenida Salina Cruz de la colonia Guajardo, Javier Armando estuvo de tres a cuatro meses, tiempo que estuvo bajo los cuidados del director del albergue Jorge Martínez, el cual jamás estuvo según secretaria, al solicitarlo en línea telefónica por parte de la familia del niño, cuando marcaban el número (686) 555 27 97, teléfono que tuvieron que conseguir tras no contar con la presencia del menor.

La custodia provisional otorgada por DIF Mexicali, es a favor de Natalia de San José Contreras Dagnino, tía del menor, sin contemplar dicha institución encargada de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), a la familia materna de Javier Armando, de haberse comprobado las acusaciones en contra de la joven madre.

Tras el dictamen de las autoridades Ivelice Melisa, contrata dos licenciados en la ciudad de Mexicali, Baja California para su defensa, mismos que abandonan el caso misteriosamente, al verse acorralada la joven empalmense decide asistir de nuevo a las instalaciones de la Procuraduría del Menor, donde le dan curso a su solicitud de apoyo, canalizándola a una trabajadora social, la cual le exige presentarse en el curso de “Escuela Para Padres”, trabajar y estudiar durante un año, sí quería volver a ver a su hijo, petición que la desesperada madre acepta.

Transcurrió un año de esfuerzos a petición de las autoridades, los cuales fueron alentados por Javier Armando para Ivelice Melisa, cada quince días, al dejarla ver sólo una hora quincenalmente a su hijo, pacto que DIF Mexicali logró con Natalia, el requerimiento se cumplió por la empalmense, pero las autoridades no pudieron cumplirle al no poder encontrar supuestamente a Natalia y Javier Armando en todo la entidad.

De esta forma Ivelice Melisa llega a principios del mes de junio del año 2015 a Empalme, sola, triste, decepcionada de las autoridades bajacalifornianas y de lo mal que la trataba la vida, sin saber que pronto tendría una sorpresa.

Fue el día 26 de julio del mismo año cuando en la colonia Infonavit Guadalupe de Empalme, en el domicilio de la señora Guadalupe de Godoy, abuela paterna del menor arribaron “Los Dagninos”, donde Minerva y Natalia solicitan a la familiar del lugar, que se quedara por un tiempo con Javier Armando, ya que tendrían compromisos personales fuera del estado y no encontraban con quién más dejar al niño.

Se llegaron los últimos días de agosto cuando de nuevo Natalia Contreras Dagnino arriba con algunos elementos de seguridad pública estatal al domicilio de la señora Guadalupe de Godoy, donde acusaban a Ivelice Melisa y a su suegra de secuestro, con gritos, amenazas y empujones logran entrar al hogar para sacar a Javier Armando, saliendo a fuerza de carrera arriba de dos vehículos, al no poder llevárselo.

El día 28 de agosto del 2015, acusan a una familia empalmense de secuestro en medios impresos, sin decir nombres de los imputados, del privado de la libertad y sin ningún sustento o dato del caso, sólo era mostrar el músculo y los alcances de la familia “poderosa” de “Los Dagninos”.

El día 29 de agosto la familia de Ivelice Melisa, recibe una notificación de DIF Sonora, que tenían que presentarse a las instalaciones de la casa hogar Unacari al medio día del 31 de agosto, donde se presentarían ante el director de la institución licenciado Francisco Javier Gutiérrez Izaguirre, petición que aceptarían por legalizar la situación del menor y su madre.

Con la intensión de llegar al final de la historia Ivelice Melisa y Javier Armando asistieron a la ciudad de Hermosillo, acompañados de los señores Alma Mónica Rendón Castro, César Armenta García y de la defensa legal a cargo del licenciado Octavio Cota Maldonado.

Al llegar los empalmenses a las instalaciones de la casa hogar Unacari, fueron abordados por Minerva Dagnino y su hija Natalia quienes arremetieron a golpes contra las féminas Rendón, quedando César Armenta con el menor arriba del vehículo, el cual fue rodeado por policías municipales y guardias del lugar.

Después del “zafarrancho” y que se apaciguaran la situación, pasaron de tres a cuatro horas, cuando llega al estacionamiento un policía quien a nombre del licenciado Francisco Javier Gutiérrez Izaguirre, le pide a la señora Alma Mónica que cargue al menor e ingrese hasta su oficina para llegar a un acuerdo y ponerle punto final al caso.

Ya estando frente a “Las Dagninos” y el licenciado Gutiérrez Izaguirre, Alma Mónica fue amenazada por un hombre armado que decía “dice el jefe que entregues al niño o los vamos a encarcelar, no tienen más opción”, bajo las amenazas y gritos la abuela materna lo entrega, firmando un documento de entrega del menor, cediéndoselo a Natalia quién supuestamente mostró una custodia, la cual al parecer era la custodia provisional del estado de Baja California.

Desesperados por la situación la familia visita en Guaymas al visitador de los derechos humanos ese mismo día, quién les recomienda interponer una demanda ante el Juez Primero de lo Civil, donde les comentaron a los empalmenses que ahí no podían recibirles la documentación, de parte de la licenciada Erika Graciela Ríos Rentería.

Fue hasta el 21 de septiembre del 2015, cuando un juez en esa misma instancia, recibió la documentación, sin hacerla efectiva.

Seis meses más tarde en marzo de 2016, les notifican a los empalmenses que el Juzgado Primero de lo Civil en Guaymas lanza una solicitud de verificación del domicilio de Natalia Contreras Dagnino, a un Juzgado de lo Civil de Mexicali, notificando que realmente ella y el niño Javier Armando sí viven en el mismo domicilio, donde Natalia mostró su credencial de elector sin dejar pasar al visitador.

El próximo día 7 de julio del presente año, Javier Armando cumplirá 5 años de vida, que en su mayoría ha vivido fuera de los brazos de su verdadera madre, misma que sigue buscando la atención de las autoridades tras las pruebas que le ha puesto el destino, bañadas de injusticias e irregularidades.

Arturo Soto Munguía

Arturo Soto Munguía

El Zancudo... No mata, pero hace roncha