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Tradición beisbolera: Estadio Héctor Espino, a 8 años de su cierre

La inauguración del recinto se llevó a cabo el 4 de octubre de 1972 por el gobernador Faustino Félix y fue proyectado por el ingeniero Gustavo Tapia Grijalva

El estadio Héctor Espino cumple ocho años desde que cerró las puertas este 6 de enero, fue protagonista de 6 Series del Caribe y juegos de Grandes Ligas, en la pretemporada de los Diamondbacks, de Arizona, mismo que actualmente se ha proyectado utilizarlo para una escuela de clínicas deportivas de beisbol.

Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo, declaró que la inauguración del recinto se llevó a cabo el 4 de octubre del año 1972 por el gobernador Faustino Félix Serna y fue proyectado por el ingeniero Gustavo Tapia Grijalva.

Inicialmente fue conocido como “El Coloso de la Carretera a Kino” y “El Gigante de El Choyal”, debido a que fue construido en esa misma colonia y a la orilla de la carretera que conduce a la playa de Bahía de Kino.

“El monto de inversión para edificarlo fue de 13 millones de pesos, en tanto para la unidad deportiva ‘El Choyal’, se aplicaron otros siete, la cual contaba con cuatro canchas de frontenis, dos de tenis, siete de basquetbol, una alberca olímpica, una fosa para clavados, y zonas verdes”, dijo.

Fue así como el nuevo estadio de la capital sonorense abrió sus puertas en la temporada 15 de la Liga Mexicana del Pacífico, el cual contaba con una capacidad para 12 mil aficionados, inaugurándose con la serie contra los Algodoneros de Guasave.

Cabe señalar que, el estadio presentaba el alumbrado más moderno, compuesto por diez torres con 348 lámparas de luz mercurial y cuarzo; así como butacas para 3 mil 100 aficionados, césped regado por aspersión y seis rampas de acceso a los graderíos.

De igual manera, contaba con dos unidades de taquillas, casetas para prensa, radio y televisión, sonido general y pizarra eléctrica controlada a larga distancia, dos subestaciones eléctricas y casa para el jefe de mantenimiento; además de dos estacionamientos: uno al Oriente con cupo para 300 vehículos y otro al Norte para 800 más para un total de mil 200 vehículos.

“A finales de 1975, el doctor Carlos Leonel Avilés Cota le envió una carta al entonces editor deportivo del periódico El Imparcial, Eduardo Gómez Torres, donde solicitaba que “El Gigante de El Choyal”, llevara el nombre de Héctor Espino; el fotógrafo deportivo, José Ortega Guillén, recuerda que Enguerrando Tapia Quijada, director del periódico El Sonorense, hizo también la sugerencia de que ese inmueble llevara el nombre del cuarto bate naranjero”, explicó.

Tras regresar de una gira con los Naranjeros, Héctor Espino recibió la invitación del gobernador Alejandro Carrillo Marcor para que acudiera a sus oficinas en Palacio de Gobierno donde le notificaría la decisión de que por votación casi unánime de la afición hermosillense el estadio llevaría su nombre.

Carrillo Marcor le indicó que se había hecho una votación, en la que también incluyeron los nombres del notable pelotero hermosillense, Claudio Solano y el entonces presidente de la Liga Mexicana del Pacífico, Horacio “Macacho” López Díaz; el primero no tuvo voto alguno, mientras el famoso “Macacho”, sólo dos.

“A esa histórica reunión también asistieron directivos del Club Naranjeros encabezados por Arcadio Valenzuela, presidente, así como Sergio Kreimerman, uno de los propietarios de los Alijadores de Tampico con quien Espino jugaba en la Liga Mexicana”, manifestó.

El mandatario estatal determinó poner el nombre de Héctor Espino González al estadio conocido como “El Coloso del Choyal”, decisión que fue retomada por el Congreso que aprueba y manda publicar en el Boletín Oficial del Estado del 24 de enero de 1976.

La develación de la placa se realizó momentos antes del partido número 3 de la serie final contra Ciudad Obregón el martes 27 de enero de 1976, a quienes los Naranjeros apalearon 9-1 poniéndose arriba 2-1 en la fase final de la postemporada, en una ceremonia especial a la que asistió el licenciado Alejandro Carrillo Marcor, quien iba a perpetuar en el inmueble la memoria del mejor bateador que hasta la fecha ha existido en México.

“Me es grato compartir el júbilo que embarga a la afición de Hermosillo por este homenaje justo que rendimos a un sonorense por adopción y ejemplar que es Héctor Espino”, dijo Carrillo Marcor.

El cronista municipal declaró que esa noche acompañaron al Gobernador, su esposa Áurea Castro; el secretario de Gobierno, Raúl Encinas Alcántar; el presidente de la franquicia naranja, Arcadio Valenzuela, y el directivo Tadeo Iruretagoyena, entre otros, quienes minutos después se trasladaron hasta el diamante para rendirle un emotivo homenaje al jonronero. Al lado del famoso No. 21, estaba su esposa Carmen Vázquez y sus pequeños hijos.

El bautizo del inmueble ocurrió días después de que Espino bateara tres jonrones en un juego de playoff contra los Cañeros de Los Mochis; mismo año en el que, Hermosillo conquistó el primer campeonato de un equipo mexicano en Series del Caribe, esa vez celebrada en República Dominicana, lo que trajo consigo una gran celebración en el estadio al retorno del equipo a nuestra ciudad.

Durante su gloriosa existencia, el estadio Héctor Espino ha sido sede de 6 Series del Caribe, la primera de ellas en México en 1974, posteriormente en 1982, 1987, 1992 y la última en 1997, cuando el estadio sufrió su más reciente remodelación, aumentando su capacidad a 14,000 personas.

Asimismo, ha sido sede de partidos de Grandes Ligas, en la pretemporada de los Diamondbacks de Arizona; cuenta con todas las comodidades para los espectadores, y fue el primer estadio de Latinoamérica en contar con una pantalla gigante, siendo colocada en la temporada 1991-1992.

Fue el hogar de los Naranjeros de Hermosillo hasta la temporada 2012-2013, y también ha sido escenario de conciertos musicales y otro tipo de eventos; además de sede de los Cimarrones de Sonora, equipo de la Liga de Ascenso del fútbol mexicano.

Lagarda Lagarda aseveró que anteriormente era utilizado para albergar las oficinas administrativas, bodegas, una estación de radio emisora por Internet y la tienda de ropa y recuerdos para aficionados y venta de boletos del equipo Naranjeros de Hermosillo y actualmente se ha proyectado que sea utilizado como escuela de clínicas deportivas de beisbol.

Fuente: David Jaquez | El Sol de Hermosillo